Sínkope: Apoteosica actuación en La Riviera

El pasado 13 de noviembre el grupo extremeño Sínkope actuaba en Madrid en la Sala la Riviera, dicha actuación sería grabada para su primer CD-DVD, agotadas las entradas un día antes la sala estaba que no cabía ni un suspiro, el público hervía en nervios por verles y coreaban a gritos sus nombres y el de Extremadura, de echo parte de él se había desplazado de un montón de rincones de dicha provincia.
La salida al escenario nos sorprendio fue reivindicativa portando cada uno de ellos un pañuelo que tapaba sus bocas, negro y con una x blanca y con un intro.
La noche contó con varios invitados especiales, el primero fué el tan adorado ex-gitarrista del grupo Mario Santos colaborando en el tema " Humo de contrabando" y sobre las palabras de Vito "sin Mario este tema no hubiera sido posible".

El segundo invitado fue el siempre genialisimo El Drogas que apareció en el escenario aclamado en una total ovación y con su porte habitual y grande, a nosotros el día antes nos dijo "estare allí encantado iré a destrozarles una canción" y nada más lejos de la realidad, el tema "A la maldad no hay quien la mate" quedó más que bordado y el público se rindió a sus pies

El tercer invitado colaboró en dos temas "No quiero que el sol muerda otra vez" y "Pa cuando me juzgueís" como no, era el Kiskilla de Vino Tinto que lo hizo gratamente al teclado recordandonos tiempos pasados.









Y el cuarto invitado fue kutxi Romero que cantó junto a la banda el tema "Matar se me olvida" entusiasmo de manera increible al público y nos despisto por que creiamos que donde colaboría sería en "El carro de la vida".





También hubo otro momento de protesta donde el gran Vito, habló de alguien que había hablado mal de los extremeños y en alguna frase hizo entender su pesar, y el público coreó Extremadura de nuevo hasta saciarse.
La actuación más apoteosica de Sinkope acabó con "Tarros de miel" donde cada uno de ellos y sus invitados tuvierón el aplauso de cientos de manos con total entrega a lo que allí habían vivido.
Sin duda una autentica apoteosis.